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con faldas y a lo loco

Profesionales del pincho

Profesionales del pincho El jueves por la mañana, como ya habían comenzado mis vacaciones en la facultad, tuve que acompañar a mi señora madre a hacer la compra y, entre otras cosas, había que comprar pescado para el mediodía. "¿Qué llevamos?", mítica pregunta de mi señora madre, no sé por qué se empeña en que decida yo. Como siempre, le dije que me daba igual y que yo qué sabía, y entonces sugirió que llevásemos pescadillas y no me pareció mala idea. Pero al poco de llegar a casa me empezó a parecer una idea pésima... tuve que lavarlas '¬¬ odio el pescado crudo (salvo en el sushi, aunque sólo lo comí una vez), con las tripas abiertas, y encima esos ojos con aspecto gelatinoso... porque claro, la gracia que le ve mi señora madre a las pescadillas es enroscarlas después de pasarlas por harina y antes de freirlas para que se muerdan la cola, y entonces la pescadera no las decapitó.

Al mediodía, una vez superado el trauma del lavado de las pescadillas, me serví una en mi plato y dije "He pensado algo, pero mejor no lo digo", porque lo que me vino a la cabeza al ver la pescadilla colocadita en mi plato, mordiéndose la cola y con las aletas hacia fuera, fue... el sello de los homúnculos. Y claro, es algo demasiado friki como para compartirlo con mi hermana y mi señora madre.

No sé si lo habré dicho aquí alguna vez, pero desde que entré en la universidad pertenezco al coro universitario y, aunque habrá gente que piense lo contrario, mola. Mola porque además de cantar, la gente, a pesar del alto grado de demencia que padece, es guayn, y además hacemos viajes y nos dan créditos de libre elección. El viernes por la mañana fuimos a Orense a un doctorando y, consecuentemente, a comer los pinchitos de después de dicho acto. A mí esto de los pinchitos me encanta, porque están riquísimos, y luego ya no necesito comer al llegar a casa. Siempre que vamos a un acto de este tipo se produce una situación muy curiosa: todas las personas que han asistido al evento, ya sea la inauguración del curso, un doctorando... llegan a los pinchos, se hacen con una copa y forman corrillos para hablar, y de vez en cuando se acercan a una mesa para coger un pinchito; nosotros, el coro, nos ponemos todos alrededor de una mesa y comemos, hablando sólo lo necesario e imprescindible. La frase del viernes fue "Somos profesionales del pincho" y es que, al parecer, tenemos desarrolladas unas técnicas infalibles para que los camareros del caterinj (la jota bien marcada, ojo) nos suministren constantemente fuentes llenas. La verdad es que somos profesionales, somos, porque nos ventilamos los pinchitos a una velocidad que pasma e incluso sabemos hacer incursiones en la mesa en la que cortan el jamón y, como el viernes, el salmón ahumado.

4 comentarios

Butt -

A lo mejor es como la piedra filosofal y ahora eres homúncula o algo

En tal caso, sólo le podría afectar a un humano, muahahahahahahahahaha ò_Ó

Barmatal -

me has matao... no podré volver a ver una pescadilla sin partirme de risa... jajajajaja!!

PD: No te dio mal rollo comertela? A lo mejor es como la piedra filosofal y ahora eres homúncula o algo.

Butt -

Pueeeeeeeeeeees es un poco complicado explicar cómo eran los pinchitos, lo importante es que había jamón serrano y salmón ahumado

mARC -

Pero d k estaban hechos los pinchos? XDDD